Alto al feminicidio contra las niñas


Alto al feminicidio contra las niñas


El Centro de Promoción de los Derechos Humanos de Niñas, Niños y Adolescentes en Guanajuato, Nima, nos manifestamos en contra de todas las formas de violencia contra las niñas, evidenciamos el asesinato y cualquier forma de violencia que menoscabe la vida y la integridad de las niñas como formas de violencia feminicida.

Repudiamos los feminicidios cometidos el pasado mes de julio a las niñas Ana Lizbeth Molina de 8 años, Aleyda Estrella de 7 años y Marlen de 9 meses, ellas merecen ser nombradas y no invisibilizadas, por ser niñas.
Sin embargo, no sólo han sido ellas, de acuerdo con María Selguero (creadora del mapa de feminicidios en el país), en los últimos siete meses han asesinado a 43 niñas de 0 a 12 años, en el 2017 a 73 y en 2016 a 64, Frida Guerrero activista quien ha contabilizado los femicidios por cerca de 3 años, documenta 46 en lo que va del 2018.
A las niñas como grupo social se les ha asignado un lugar de inferioridad en la sociedad, justificado con su etapa de desarrollo en la que no son reconocidas como sujetas de derechos, sino como objetos de protección. Su lugar se ha quedado históricamente en el ámbito privado, se convierten en propiedad de las familias (en algunos escenarios) y por lo tanto son estas (esencialmente adultos y adultas) las que deciden en un sentido estricto sobre sus vidas y cuerpos. Esta representación social, ha permitido que las relaciones que se establecen con este grupo, sean desde el paradigma tutelar. En esta lógica, el mundo adulto ha encontrado diversas formas de controlar/tutelar a las niñas, con prácticas y discursos que se sustentan en los diferentes tipos de violencia que se legitiman con la idea de que son “suyas”, en términos burdos, como si fuesen cosas que les pertenecen.



Fuente: fotografía archivo Nima, 2018

Los últimos feminicidios de niñas en el país, son un referente que nos tendría que obligar como sociedad y Estado a cuestionar y deconstruir estas formas de tutela, de control sobre la vida de las niñas, que llegan hasta su asesinato. En este paradigma, que reproduce la idea de que la vida de las niñas sólo le compete a las familias, llega a negar que ocupan un lugar en el espacio público, permitiendo así que no se visibilicen ni se reconozcan como sujetas de derecho.
Esto no tendría que ser así, el Estado mexicano desde 1990 se comprometió a promover, garantizar, respetar y proteger los derechos de las niñas con base a la Convención de los Derechos de la Niña y el Niño, sin embargo lo ocurrido con Marlene, Ana Lizbeth, Aleida Estrella y las 43 niñas víctimas de feminicidio nos muestran lo contrario y evidencia un Estado que no es garante de los derechos humanos de las infancias y las adolescencias.
Reconocemos a la sociedad como parte fundamental de la construcción de una cultura de derechos humanos que reconozca a niñas, niños y adolescentes como sujetas/os de derechos y por consiguiente de respeto a su vida en todas las etapas de desarrollo, así mismo del reconocimiento a su ser agentes de transformación social.
Exigimos justicia, para los feminicidios de las niñas, sabemos que la impunidad es una forma de reproducción de la violencia, una forma de complicidad del Estado con los agresores, que marca pautas de reincidencia sin la menor responsabilidad. La impunidad sostiene, reproduce y educa en el accionar violento de una sociedad.
!Ni una niña menos!





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