Día internacional de las telecomunicaciones y la sociedad de la información | Día mundial del internet

17 de mayo

Eliana Haro, Coordinadora del área psicosocial


El Día Mundial de las Telecomunicaciones se celebra cada año, desde 1969, el 17 de mayo para conmemorar la fundación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la firma del primer Convenio Telegráfico Internacional en 1865 (ONU, 2021).

En noviembre de 2005 la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI) pidió a la Asamblea General de las Naciones Unidas que declarase el 17 de mayo el Día Mundial de la Sociedad de la Información para llamar la atención sobre la importancia de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC), así como de las numerosas cuestiones relacionadas con la sociedad de la información planteadas por la CMSI (ONU, 2021).

Por otro lado, no fue sino hasta noviembre de 2006 que la Conferencia de Plenipotenciarios de la UIT en Antalya, Turquía, unió las dos conmemoraciones antes descritas, con el objetivo general de sensibilizar acerca de las posibilidades de la utilización de Internet, así como otras tecnologías de la información y la comunicación (TIC), que pueden ofrecer a las sociedades y economías (CNDH, 2020).

Esta fecha a nivel internacional cobra aun mayor relevancia en este año, ya que sin duda un instrumento central para las relaciones personales, familiares, laborales y escolares durante la pandemia por la COVID-19 han sido las telecomunicaciones, adicionalmente al hecho de que a lo largo de los años estas nos han permitido mantenernos informados y actualizados con respecto a los fenómenos o situaciones que se viven a lo largo y ancho del planeta.

Quizá en muy pocos escenarios nos habríamos planteado la posibilidad de que mayormente a través de las tecnologías, y particularmente del internet, serían casi los únicos medios posibles para manteneros cercanos, comunicados, trabajando y hasta estudiando desde la educación básica, media y superior. En el caso de niñas, niños y adolescentes, este escenario no se hubiera vislumbrado sino hasta dentro de varios años, pero no con respecto a la educación pública en medios rurales y urbanos, ya que se han evidenciado año con año las limitantes en las que vive el sector educativo, carente de tecnologías suficientes para garantizar en plenitud el derecho a la educación a infancias y adolescencias, y el acceso a información adecuada a través de medios digitales --como la televisión o el internet--, en especial a información que sea importante y adecuada para cada niña, niño y adolescente, para su bienestar y su sano desarrollo.

De acuerdo con la Unicef, en México 25.4 millones de alumnos y alumnas de educación básica y 5.2 millones de estudiantes de educación media superior siguen sin asistir a la escuela, luego de que éstas cerraran como medida de mitigación para prevenir contagios de COVID-19. Ha pasado ya más de un año desde entonces, situación que ha impactado a niñas, niños y adolescentes no solo en el aprendizaje posible, sino en su salud mental, su acceso a alimentos nutritivos y en el aumento del ciberacoso (UNICEF, 2021).

El acceso a la educación de niñas, niños y adolescentes en México muestra grandes diferencias, que se marcan también por la condición socioeconómica de las familias y por el tipo de institución educativa a la que acuden, ya sea pública o privada, pero también respecto a si viven en zonas rurales o urbanas.

Aún con la implementación de los programas educativos que ha desarrollado la Secretaría de Educación Pública, que son transmitidos por televisión abierta y por radio, el nivel de aprendizaje a través de la televisión es considerablemente menor que el que ocurre con la interacción directa de un maestro. También se han visto afectados los procesos de convivencia, de juego y de socialización que suelen ocurrir en la escuela y que son vitales para el desarrollo de niñas, niños y adolescentes.

El aislamiento y la falta de convivencia sin duda representan un impacto en la salud mental de las personas. Desde NIMA en éste contexto de pandemia hemos maximizado esfuerzos para que los procesos de acompañamiento psicosocial no se vean interrumpidos, buscando la manera de continuar en comunicación acorde a las posibilidades de cada una de las familias, lo cual ha permitido que niñas y niños mantengan, de alguna manera, el espacio para la expresión de sus emociones, vivencias y preocupaciones.

Estos procesos desde lo virtual y desde lo referido por las familias, han sido un sostén que ha permitido tener mayor claridad para apoyar a niñas, niños y adolescentes en éstos difíciles momentos de pandemia. Sabemos que no todo lo hecho es suficiente, ya que han confluido diversas dificultades e inconvenientes; por ejemplo, aún hay familias que no cuentan con una línea telefónica fija, quizá cuentan un celular, pero el aparato no tiene la capacidad para descargar aplicaciones para una video llamada, o no tienen las posibilidades económicas para las recargas telefónicas, etc.

Lastimosamente, nos damos cuenta que esa brecha de desigualdad que ya era evidente con respecto al acceso a las telecomunicaciones en México hoy en día también es un factor en la continuidad del rezago educativo y del aislamiento social que están viviendo las niñas y niños: podemos hablar que también es una forma de discriminación por la falta de acceso a las tecnologías, y es también una forma de pobreza y exclusión social, al privar a niñas, niños y adolescentes de los recursos que hoy en día están siendo esenciales para su desarrollo. En este sentido se violenta su derecho al acceso a la información, contemplado en el artículo 17 de la Convención de los Derechos del Niño, en el que refiere la importancia que niñas y niños tengan acceso a la información y material procedente de diversas fuentes nacionales e internacionales, en especial la que contenga por finalidad promover su bienestar social, espiritual y moral y su salud física y mental.

Queda mucho camino por recorrer, pero particularmente aún debemos mucho a las infancias y adolescencias. Es imperativo que se generen acciones para disminuir la brecha digital, para facilitar el acceso a las tecnologías de la información e internet a todas y todos, así como a contenidos y programas de alfabetización y aprendizajes especializados para ellas y ellos, pero además es preciso fortalecer las medidas de protección para evitar que niñas, niños y adolescentes se encuentren en riesgo ante los medios digitales.


Fuentes y referencias bibliográficas

ONU (2021). Naciones Unidas Día Mundial de las Telecomunicacions y de la Sociedad de la Información 17 de mayo. Recuperado desde: https://www.un.org/es/observances/telecommunication-day

CNDH (2020). Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información: Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) México. Recuperado desde: https://www.cndh.org.mx/noticia/dia-mundial-de-las-telecomunicaciones-y-la-sociedad-de-la-informacion

UNICEF (2021). Las escuelas primero. La reapertura de las escuelas debe ser una prioridad en México (UNICEF) México. Recuperado desde: https://www.unicef.org/mexico/historias/las-escuelas-primero



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