Día Internacional de las personas
con discapacidad
Eliana Haro, Coordinadora del área psicosocial
Eliana Haro, Coordinadora del área psicosocial
Uno de los grupos de personas mayormente marginadas en el mundo, lo
conforman las personas con discapacidad, ya que involucra no solamente hablar
de las particularidades que cada una/o de ella/os, sino además de todas las
condiciones que viven, en donde aún pareciera que estamos lejos de garantizarles
una mejor calidad de vida y el pleno ejercicio de sus derechos.
De acuerdo con una ficha emitida por la CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación), refiere que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2014, 6% de la población mexicana (aproximadamente 7.1 millones de personas) manifestó tener algún tipo de discapacidad (INEGI 2016). Como establece la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) (1), las personas con discapacidad son aquellas que muestran alguna diversidad funcional de tipo físico, mental, intelectual o sensorial. Ante un entorno que no considera dichas características, éstas tienden a estar asociadas con dificultades para la participación plena y efectiva en la sociedad (2).
Es así como hoy en día la discapacidad se considera un asunto de
derechos humanos en donde estamos obligados a mirar cómo la discapacidad de sus
cuerpos es además atravesada por la discapacidad que la sociedad ha profundizado,
al estigmatizarlos, rechazarlos y discriminarlos, negándoles muchas veces una
participación activa en la sociedad.
Tales situaciones las/os han colocado en desventaja y exclusión social,
aún nos encontramos con personas que a su corto criterio los perciben lejos de
los estándares considerados “normales”, que califican como diferentes a las
personas con algún tipo de discapacidad, condenándoles y propiciando un
desconocimiento de sus derechos y del ejercicio de estos, en desigualdad de
condiciones y violación o vulneración constante de ellos.
Lo anterior se origina en las diversas barreras que la sociedad impone
consciente o inconscientemente a las personas con discapacidad y es por ello
que aún queda un camino por recorrer de tal manera que la brecha se acorte y
podamos verles desarrollándose en igualdad de condiciones en los terrenos
públicos y privados, ya que ante su ausencia, se genera la idea de que no
forman parte de la sociedad, y lo más grave, que no son capaces de ejercer sus
derechos, ni de gozar de la autonomía y libertad para tomar sus propias
decisiones.
Los datos duros en México nos dicen que de los 31.5 millones de hogares del país, en 6.1 millones vive al menos una persona con discapacidad (19 de cada 100). En 78% de ellos hay una persona con discapacidad, en 18% dos personas y en 3# tres o más, (INEGI, 2013) (3).
Las principales causas de discapacidad son las enfermedades (41%), la edad avanzada (33%), el nacimiento (11%), los accidentes (9%) y la violencia (0.6%). La distribución es similar por género, aunque las mujeres reportan porcentajes más altos en discapacidad por edad avanzada (36%) y enfermedad (44%), mientras los hombres los reportan por accidentes (12%) y nacimiento (13%), (INEGI, 2016) (4).
La mayoría de las personas con discapacidad (ocho de cada 10) tiene más de 29 años; 47% está formada por personas adultas mayores (60 años y más) y 35% por personas 3 adultas entre 30 y 59 años. Esto contrasta con la estructura etaria de la población sin discapacidad (60% tiene menos de 30 años) ( INEGI, 2016) (5).
Es importante no minimizar o pensar que en el caso de niñas, niños y adolescentes con algún tipo de discapacidad son menos. Estos datos nos invitan a pensar y reflexionar que aún falta mucho por hacer, con que existiera una/o, el Estado tendría que garantizar que en cada política pública se tenga una mirada incluyente, que sean efectivas y capaces de generar resultados favorables para esta población. Las niñas, niños y adolescentes con cualquier discapacidad tiene derecho a vivir bajo las mismas condiciones de sano desarrollo que cualquier otra/o NNA.
[1]
Se utiliza el término “diversidad
funcional” porque el término que la Convención sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad (CDPD) utiliza, “deficiencia”, puede tener una connotación
peyorativa o imprecisa acerca de las características propias de las personas.
[2] Ficha Temática:
Personas con Discapacidad, CONAPRED. Obtenido del sitio web https://www.conapred.org.mx/userfiles/files/Ficha%20PcD(1).pdf
[3]
ídem
[4] ibídem
[5] ibídem
Comentarios
Publicar un comentario