Infancias y juventudes en explotación sexual, trabajo forzado y esclavitud
30 de julio Día Mundial contra la Trata de personas
El tráfico de personas es un grave delito y violación de los derechos humanos, por ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) proclamó en 2014 al 30 de julio como el Día Mundial Contra la Trata de personas.
De acuerdo con el Protocolo de Palermo, se considera “trata de personas” a la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de una o más personas con fines de explotación, siempre y cuando se recurra a la coerción, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, concesión o recepción de pagos o beneficios, para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de prostitución, explotación sexual, esclavitud (o prácticas análogas a ésta), trabajos o servicios forzados, servidumbre y/o extracción de órganos.
Un delito rancio
Desde hace cientos de
años, mujeres y niñas han sido separadas de sus lugares de origen y comerciadas
como mano de obra, servidumbre y/o como objetos sexuales. La trata de personas
como problema social comenzó a reconocerse a finales del siglo XIX, denominada
como “trata de blancas”, ya que se traficaba principalmente con mujeres de piel
blanca para su explotación sexual. El
fenómeno de la trata alcanzó un nivel tan alto que impulsó al interior de la
ONU la creación de varios tratados, como el Convenio para la Represión de la
Trata de Personas y la Explotación de la Prostitución, de 1949. No obstante las
acciones para combatirla, después de la Segunda Guerra Mundial y por el aumento
de la migración femenina, fue evidente que el fenómeno de la trata se había
extendido no sólo geográficamente por todo el mundo, sino que había adquirido
diversas modalidades (DNDH, 2012).
Fuente:
UNODC, 2021.
En 2018 la ONU detectó en 148 países la
denuncia de alrededor de 50,000 víctimas de trata de personas; sin embargo,
dada la naturaleza oculta de este delito, se estima que el número real de
víctimas es mucho mayor. El análisis realizado por la ONU muestra que los
traficantes se aprovechan de las personas más vulnerables, como quienes son
migrantes o están sin trabajo (en este sentido, es probable que la recesión
inducida por la COVID-19 haya puesto a más personas en riesgo). En los últimos
15 años ha aumentado el número de víctimas de trata y su perfil ha cambiado. La
proporción de mujeres adultas se redujo de más del 70% a menos del 50% en 2018,
mientras que la proporción de niños ha
aumentado, de alrededor del 10% a más del 30%. En 15 años la proporción de
hombres adultos casi se duplicó, de alrededor del 10% al 20%. Un porcentaje
significativo de las víctimas detectadas en la mayoría de las regiones son
migrantes (UNODC, 2021).
Fuente: UNODC, 2021.
A nivel mundial, la mayoría de las personas procesadas y condenadas por trata de personas siguen siendo hombres: entre el 62 y el 64% del total (UN, 2021, febrero 2).
Trata de personas en México
Para atender el
fenómeno de la trata de personas en el país, en 2007 se publicó en México la Ley para Prevenir, Reprimir y Sancionar la
Trata de Personas, que fue reformada en 2012, por la dificultad de entender
y probar el acto de sometimiento. Con la ley vigente, el reto es lograr
sentencias condenatorias sin violentar el derecho al debido proceso y sin
criminalizar conductos sociales como la pobreza (HIP, 2017).
A pesar de los cambios
legislativos en México, la trata sigue siendo un problema social que
lamentablemente ha aumentado en los últimos tres años de manera sostenida. De
acuerdo con la información de las Procuradurías y Fiscalías Generales, las
víctimas del delito de trata para fines sexuales son las mujeres, tanto adultas
como adolescentes y niñas; las víctimas de trata para fines laborales
(esclavitud, servicio y trabajos forzados) son en su mayoría hombres adultos; en
cambio los niños y adolescentes varones víctimas de trata se asocian a la explotación
sexual. En México la mayoría de los casos son de trata interna: flujos dentro del país (HIP, 2017; CNDH, 2019;
UNODC, 2021), lo cual debería facilitar la labor de identificación, persecución
y castigo del delito.
De acuerdo con el Secretariado
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de 2015 a mayo 2021 se han
reportado 1,321 delitos tipificados como trata de personas de niñas, niños y
adolescentes menores de 17 años (SESNSP, 2021). Las proporciones de los
distintos segmentos de víctimas de delitos de trata de personas dan cuenta de
la mayor vulnerabilidad de las mujeres y de niños y niñas, expresión de la arraigada
idea de que los adultos, principalmente hombres, tienen poder y derechos sobre
el cuerpo de mujeres, niñas y niños (figura 3):
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (2021)
Alarma la tendencia incremental en el país
Después de 2017 se registra una
tendencia al alza del delito de trata de personas (figura 4). Para contrastar
la cifra de 2021, considérese que a mayo del 2020 se tenían registrados 87
casos, contra los 173 del año en curso.
Fuente:
Elaboración propia a partir de datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema
Nacional de Seguridad Pública (2021)
La investigación realizada en México por
Hispanics in Philantropy, que consultó
a 70 organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el combate a la trata
de personas, permitió construir un panorama general del contexto nacional. Entre
los principales hallazgos encontró que (HIP, 2017):
- Son escasos los esfuerzos en los estados, tanto en la protección a las víctimas, como en la persecución del delito y las acciones preventivas.
- Aunado a lo anterior, las acciones existentes suelen carecer de una perspectiva de género, lo cual no permite un abordaje y atención adecuada frente a la trata de personas.
- Cada vez se aprecia mayor participación del crimen organizado en estrecha relación con las autoridades, para fines de trabajos forzados y prácticas análogas a la esclavitud, y en casos de prostitución forzada y explotación sexual.
- Las poblaciones indígenas y las personas migrantes son dos de los grupos con mayor susceptibilidad para ser enganchadas para la trata de personas en México, principalmente para la realización de actividades ilícitas.
- La mayoría de las víctimas identificadas comparten vulnerabilidades tales como pobreza, baja o nula escolarización, falta de oportunidades laborales, exclusión y marginación, abandono por su familia, violencias por contextos sociales, violencia intrafamiliar, migración interna y/o internacional.
- En las regiones del centro, bajío y norte, se observa una tenue línea entre feminicidio y trata de personas.
Trata de personas en el Bajío
El
estudio de HIP (2017) identificó que en la región Bajío, conformada por Aguascalientes,
Colima, Guanajuato, Jalisco, Nayarit, San Luis Potosí, Querétaro y Zacatecas,
la trata de personas se enfoca mayormente al trabajo forzoso en los campos
agrícolas de San Luis Potosí, Guanajuato, Nayarit y Jalisco, así como en la
tala de árboles en Querétaro; y algunas en zonas muy definidas, casos de trabajo infantil. Se identificaron
también casos de pornografía infantil
y trata de personas con fines sexuales,
algunos de ellos relacionados con la desaparición
de mujeres, mayormente jóvenes y adolescentes. También se identificaron casos
de abuso sexual por parte de patronas/es del trabajo del hogar y de servidumbre
forzada.
En
cuanto a la población migrante en situación en tránsito, se detectó que ha sido
víctima de trabajo forzoso por parte del crimen organizado. La movilidad
laboral interna es vasta en el Bajío, siendo así como se obtiene el cruce de
rutas de población indígena, rural y migrante entre los estados que componen
esta zona. Asimismo, se identificaron situaciones de trata interna para
servidumbre forzada de personas indígenas explotadas interestatalmente, así
como de personas originarias de Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Hidalgo, Jalisco,
Nayarit, Oaxaca y Veracruz.
En
Guanajuato, las principales zonas de enganche identificadas fueron Abasolo,
Apaseo el Alto, Celaya, Irapuato, Salamanca, San Felipe, Silao, Romita y Valle
de Santiago.
Es necesario atender la problemática de la trata de personas de manera integral, no sólo para impedir que siga creciendo. Si a los números le ponemos rostros, el de nuestras hijas, hijos, hermanas, sobrinos, etc., seguramente la única cifra que consideraríamos aceptable sería cero, ¿no es así?
Referencias bibliográficas:
Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (2012). La
trata de personas. México, D.F. 1e. Disponible en: https://www.cndh.org.mx/sites/all/doc/cartillas/8_Cartilla_Trata.pdf
Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (2019). Diagnóstico
sobre de la situación de la Trata de personas en México 2019. 1ª. Edición.
Ciudad de México. Octubre. ISBN. 978-607-729-552-5. Disponible en:
https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2019-08/DIAGNOSTICO_SITUACION_TDP_2019.pdf
HIP
(2017). Una mirada desde las
organizaciones de la sociedad civil a la trata de personas en México. Hispanics
in Philantropy. Disponible en:
https://www.senado.gob.mx/comisiones/trata_personas/docs/trata.pdf
Secretariado
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (2021, mayo). Datos de incidencia delictiva. Disponible
en:
https://www.gob.mx/sesnsp/acciones-y-programas/datos-abiertos-de-incidencia-delictiva
UNO
(2021, febrero 2). Se triplica el número
de niños y niñas entre las víctimas de trata de personas a nivel mundial. ONU
Noticias. Disponible en: https://news.un.org/es/story/2021/02/1487422
UNODC (2021). Global
Report on Trafficking in Persons 2020. United Nations Office on Drugs and
Crime. Enero,
2021. Austria, Viena. Disponible en:
https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/tip/2021/GLOTiP_2020_15jan_web.pdf
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