22 de julio, día internacional del trabajo doméstico


22 de julio, día internacional del trabajo doméstico.
Rebeca Aguayo, coordinación de investigación.

A partir de 1983, en el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, se declaró el día internacional del trabajo doméstico, para conmemorar y reconocer el trabajo no remunerado que han realizado las mujeres históricamente.
La construcción social-cultura respecto a los roles de mujeres y hombres, ha reproducido socialmente determinados mandatos que corresponden a cada género, en el caso de las mujeres ha sido una serie de actividades exclusivas del espacio privado, que no son remuneradas. 

Foto: Emmanuel Andrade Alcalá 

Entre ellas se encuentra el cuidado de niñas, niños y adolescentes /y/u otro sujeto que necesite de cuidados), dejando la responsabilidad del cuidado y crianza sólo en ellas. A través de los movimientos feministas y de derechos humanos de NNA, se ha insistido en la importancia de construir maternidades y paternidades compartidas reconociendo que:
  •       Desde el derecho a vivir en familia de NNA, corresponde cuidar y criar a todas las/os integrantes de ésta, reconociendo principalmente a las figuras maternas y paternas.
  •     Las mujeres no tendrían que verse obligadas a decidir entre las actividades domésticas frente a otras, como el trabajo remunerado.
  •       El Estado tiene la obligación de construir las condiciones necesarias para que las familias (madres, padres, cuidadoras/es, tutoras/es de NNA) tengan el tiempo suficiente para el cuidado y crianza de niñas, niños y adolescentes, así como para las demás actividades del trabajo doméstico.
  •       Se debe crear las condiciones necesarias para que las maternidades y paternidades sean deseadas y no obligadas, ya que en esto último a derivado en paternidades ausentes, obligando de esta manera únicamente a las mujeres a ejercer la maternidad.
  •       El trabajo doméstico es una actividad que requiere de tiempo y esfuerzo por parte de las mujeres, en tanto que necesita ser remunerada y reconocida por el Estado mexicano y la sociedad en general.

Desde NIMA, creemos en la importancia de construir otras formas de relaciones en las familias, en las que se comparta de manera igualitaria las actividades que demanda el trabajo doméstico, el cuidado y crianza de niñas, niños y adolescentes y posibilite la participación de las mujeres por igual en los espacios públicos, sin que esto implique dobles jornadas laborales.
Se necesita de un Estado de Derecho que sea capaz de construir estas condiciones, de que la sociedad asumamos la corresponsabilidad en el ejercicio de nuestros  derechos, en abandonar las prácticas y discursos machistas que  colocan a las mujeres en desigualdad y únicamente en el espacio privado. Toca que los hombres asuman su papel en el trabajo doméstico y se responsabilicen de sus paternidades. 

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